domingo, 22 de diciembre de 2013

Roscón de Reyes

Roscón de Reyes con corona amigurumi
Roscón de Reyes con corona amigurumi
 He aquí el roscón de Reyes
tradición de un gran banquete
en el cual hay dos sorpresas
para los que tengan suerte.

En él hay muy bien ocultas
una haba y una figura,
el que lo vaya a cortar
hágalo sin travesuras.

Quien en la boca se encuentre
una cosa un tanto dura
a lo peor es la haba
o a lo mejor la figura.

Si es la haba lo encontrado
este postre pagarás
mas si ello es la figura
coronado y Rey serás.
Poema tradicional.

Roscón de Reyes amigurumi
Roscón de Reyes amigurumi

lunes, 9 de diciembre de 2013

El cementerio de los libros olvidados

Funda de ganchillo para ebook
Funda de ganchillo para ebook
  
Un laberinto de corredores y estanterías repletas de libros ascendía desde la base hasta la cúspide, dibujando una colmena tramada de túneles, escalinatas, plataformas y puentes que dejaban adivinar una gigantesca biblioteca de geometría imposible. Miré a mi padre, boquiabierto. Él me sonrió, guiñándome el ojo. 

—Daniel, bienvenido al Cementerio de los Libros Olvidados. 

Salpicando los pasillos y plataformas de la biblioteca se perfilaban una docena de figuras. Algunas de ellas se volvieron a saludar desde lejos, y reconocí los rostros de diversos colegas de mi padre en el gremio de libreros de viejo. A mis ojos de diez años, aquellos individuos aparecían como una cofradía secreta de alquimistas conspirando a espaldas del mundo. Mi padre se arrodilló junto a mí y, sosteniéndome la mirada, me habló con esa voz leve de las promesas y las confidencias. 

—Este lugar es un misterio, Daniel, un santuario. Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien desliza la mirada por sus páginas, su espíritu crece y se hace fuerte. Hace ya muchos años, cuando mi padre me trajo por primera vez aquí, este lugar ya era viejo. Quizá tan viejo como la misma ciudad. Nadie sabe a ciencia cierta desde cuándo existe, o quiénes lo crearon. Te diré lo que mi padre me dijo a mí. Cuando una biblioteca desaparece, cuando una librería cierra sus puertas, cuando un libro se pierde en el olvido, los que conocemos este lugar, los guardianes, nos aseguramos de que llegue aquí. En este lugar, los libros que ya nadie recuerda, los libros que se han perdido en el tiempo, viven para siempre, esperando llegar algún día a las manos de un nuevo lector, de un nuevo espíritu. En la tienda nosotros los vendemos y los compramos, pero en realidad los libros no tienen dueño. Cada libro que ves aquí ha sido el mejor amigo de alguien. Ahora sólo nos tienen a nosotros, Daniel. ¿Crees que vas a poder guardar este secreto? Mi mirada se perdió en la inmensidad de aquel lugar, en su luz encantada. Asentí y mi padre sonrió. 

—¿Y sabes lo mejor? —preguntó.