|
Cojín de medio punto con piara de cerdos |
La granja estaba más próspera y mejor
organizada; hasta había sido ampliada con dos franjas de terreno compradas al
señor Pilkington. El molino quedó terminado al fin, y la granja poseía una
trilladora y un elevador de heno propios, agregándose también varios edificios.
Whymper se había comprado un coche. El molino, sin embargo, no fue empleado
para producir energía eléctrica. Se utilizó para moler maíz y produjo un saneado
beneficio en efectivo. Los animales estaban trabajando mucho en la construcción
de otro molino más; cuando éste estuviera terminado, según se decía, se instalarían
las dinamos. Pero los lujos con que Snowball hiciera soñar a los animales, las
cuadras con luz eléctrica y agua caliente y fría, y la semana de tres días, ya
no se mencionaban. Napoleón había censurado estas ideas por considerarlas
contrarias al espíritu del Animalismo.
La verdadera felicidad, dijo él,
consistía en trabajar mucho y vivir frugalmente.
De algún modo parecía como si la
granja se hubiera enriquecido sin enriquecer a los animales mismos; exceptuando,
naturalmente, los cerdos y los perros. Tal vez eso se debiera en parte al hecho
de haber tantos cerdos y tantos perros. No era que estos animales no trabajaran
a su manera. Existía, como Squealer nunca se cansaba de explicarles, un sinfín
de labores en la supervisión y organización de la Granja. Gran parte de este
trabajo tenía características tales que los demás animales eran demasiado
ignorantes para comprenderlo.